Remodelación de la Plaza Mayor de Huamanga opinión de La Asociación de Historiadores de Ayacucho

Que opinas tu sobre la remodelación de la Plaza Mayor de Huamanga, se deberia mantener en escencia lo tradicional o ya se hace necesaria una modernización total.

A continuación transcribimos una parte del artículo con la opinion de  La Asociación de Historiadores de Ayacucho donde se emiten conclusiones muy ciertas y que debemos tener muy en cuenta al momento de opinar sobre este tema.

El presente documento es una opinión que busca contribuir al debate surgido en la ciudadanía respecto a la remodela-ción de la Plaza Mayor de Ayacucho. No obstante, el actual escrito no es definitivo, sino sugiere ser más bien un aporte que posibilita pensar la Plaza en diversos sentidos. El enfoque histórico ayuda a relacionar que los cambios y funcionalidades que este espacio ha tenido, en más de cuatro siglo de fundación, ha sido diversa. Esto nos llama a comprender que la Plaza Mayor es un espacio público que compromete a todos los ciudadanos, profesionales y autoridades, al ser el principal lugar representativo y significati-vo de la ciudad. De ella debe fortalecerse la herencia histórica y cultural con todas sus resignifi-caciones, sobre todo en los dos últimos siglos. Empero, esa tradición necesita mantenerse en diálogo con una calidad de vida, con el ejercicio pleno de libertades y derechos, además del cen-tro histórico y el paisaje urbano. Por tanto, este tema debe ser abordado desde un enfoque inte-gral. Esta lectura responde prioritariamente a una preocupación como ciudadanos que hace uso de argumentos históricos sobre un bien común a todos. Por ello hacemos una narración de las di-versas miradas e impresiones que han tenido muchos visitantes o viajeros sobre este lugar. Lue-go formamos una lectura breve sobre los significados que tiene el corazón de la ciudad, para culminar con algunas sugerencias que pueden ayudar a encontrar la mejor vía, sino para todos,  para la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas de Ayacucho.

Miradas sobre la Plaza

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Cuando en 1540 la ciudad es trasladada desde Quinua a su ubi-cación actual significó para sus fundadores iniciar todo de nue-vo en un espacio con mayores posibilidades. La planificación de la ciudad respondió a un trazo en forma de damero o cuadrí-cula, con la Plaza en el centro. Desde aquellos tiempos ha sido el centro de infinitos acontecimientos cotidianos y de eventos influyentes en la dinámica y usos de dicho espacio. Los visitantes de diferentes épocas han dejado descripciones particulares sobre este lugar. Uno de los primeros que hace anotaciones al respecto es Cieza de León quien, a mediados del siglo XVI, describió: “La Plaza está llana y bien grande. El sitio es sanísimo, porque ni el sol, aire ni sereno hace mal, ni es húmida ni cálida, antes tiene un grande y excelente temple de bueno”.

Era un descampado extenso de tierra que tenía en el centró una pileta pública como lo refiere, a fines del mismo siglo, Fray Reginaldo de Lizarraga: “tiene una muy buena fuente en medio de la Plaza y de muy buena agua”.
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Esta fuente se habría construido en 1543.Y a inicios del siglo XVII, Guamán Poma de Ayala dibuja la ciudad de Huamanga y en el centro de la Plaza se pue-de apreciar, además de una escena de suplicio, la existencia de un pilón de agua.
A pesar que a inicios del siglo XIX, la mayor parte de las aceras e inmediaciones del parque fueron mejoradas por gestión del intendente Demetrio O’Higgins, la Plaza siguió manteniendo su estado. Esta característica sería común durante el periodo colonial. Las mayores modifica-ciones vendrían en la etapa republicana. En 1834 José María Blanco describe:
En medio de la Plaza hay una pila mediana de piedra sillar, sobre una meseta de un solo escalón, donde está el estanque que recibe el agua, la que brinca por la cabeza de una figura que tiene una banderola en la mano. Contigua a esta pila hay acequia inmunda de fango hediondo formado de barro y de los desechos del mercado que arrojan en ella.

El cónsul y dibujante francés Léonce Angrand, en su acuarela “Plaza y Catedral” de 1847 gráfi-camente hace una descripción de las condiciones y características narradas por los cronistas y visitantes anteriores a él. En agosto de 1852, Juan Suarez, realizó una propuesta notarial a las autoridades de entonces para hacer mejoras en la pileta. En el cuarto punto de su propuesta anotaba:
[…] que la obra quedará concluida y entregada a satisfacción del señor prefecto para el día nue-ve de diciembre de este año, que la estatua de la Libertad ha de tener tres varas de altura, que la base de la columna ha de ser de cuatro varas y el pedazo de columna y pedestal de una vara o más si fuera necesario para su proporción, que los cuatro costados de la columna han de llevar en alto relieve el campo de la batalla de Ayacucho con sus cerros y figurados los ejércitos. Mira el artículo completo Aquí

Reflexiones Finales: Su conservación y Restauración

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Hay aspectos que se necesitan cambiar de la Plaza Mayor de la misma forma que preservarse. Y para hacerlo, hay que tener mucho tino. Una mirada multidisciplinaria y, particularmente, desdeun enfoque histórico sobre el tema permite aclarar que no se puede trabajar de manera improvi-sada. Hablar de la Plaza Mayor implica muchas cosas y para el cual se tiene que tomar en cuentala opinión consensuada de profesionales y ciudadanos.La Plaza se ha modificado en el tiempo de acuerdo a las modas, gustos culturales y políticos.Este proceso ha obedecido a cambios de funciones y utilidades de acuerdo a contextos. El espa-cio que ahora tenemos es el resultado de un diálogo entre tradición y modernidad.La necesidad de un diagnóstico consensuado es imprescindible en todo proyecto, en este caso,en la remodelación o intervención de la Plaza que es un lugar público y visible de la ciudad.Existen instituciones que tienen la responsabilidad de velar, proteger y cuidar por el patrimoniohistórico cultural y la promoción del turismo en Ayacucho. Son ellos, la sociedad civil y los ciu-dadanos en general, quienes tienen la responsabilidad directa de velar por estos temas. No se trata de volver a modelos anteriores, sino de reforzar lo que ya existe y modificar lo que setiene que modificar. Una política pública no puede realizar variaciones sobre los espacios públi-cos, cuando estos tienen antecedentes históricos y de identidad reconocidos, sin tener el aval delas instituciones y profesionales relacionados a la conservación y protección del patrimonio cul-tural.

 

Finalmente, hay algunos aspectos que se deben tener en cuenta para su conservación y restaura-ción:

– Conformación de un equipo multidisciplinario para la elaboración de un diagnóstico so- bre la situación real de la Plaza Mayor y su entorno. Este equipo debe prever, además delos aspectos que estamos anotando, cuestiones de salubridad, zonas de estacionamiento vehicular y seguridad.

– Crear un fondo permanente para su mantenimiento y conservación.
– Descentralizar las actividades públicas y algunas festividades en otros espacios. Por ejemplo, los carnavales pueden realizarse en la alameda “La identidad” situada en la Av.Pérez de Cuellar.
– Mejorar y fortalecer otros puntos alternativos para la promoción de actividades culturalesy de sano esparcimiento, como el parque Simón Bolívar, que a la fecha se encuentra des-cuidado. Esta práctica ayudaría a la seguridad ciudadana, a la reconquista de calles, par-ques y alamedas por los vecinos quienes cumplen un rol fundamental para su cuidado.
– La conservación de este espacio está en relación a la conservación de todo el centro his-tórico.Considerando estos aspectos la Plaza Mayor de Ayacucho debe mantener su trazo actual, ob-viamente con las mejoras necesarias a nivel de infraestructura y paisaje, siempre teniendo encuenta su aspecto tradicional y alineado a las demandas de calidad de vida. Mira el artículo completo Aquí